Este cuadro es uno de los más populares que se exponen en el Teatro-Museo Dalí de Figueres, es un retrato de Gala formado por unas esferas que convergen en un punto central de la pintura. Es una obra característica del período místico-nuclear de Salvador Dalí, en que el pintor, interesado por los avances científicos y por el misticismo clásico, los aplicaba a sus pinturas.